ONICOFAGIA

¿Moderte las uñas forma parte de tu rutina? Quizás es hora de que conozcas el nombre que se le da a éste hábito: ONICOFAGIA. El cual es definido como la costumbre, impulso o tendencia persistente de morder o comerse las uñas y que produce como consecuencias problemas a nivel dentario, como son los desgastes de las piezas dentarias, microtraumas en las encías e infecciones frecuentes en la boca.

Así como cualquier otro hábito, las personas que padecen de onicofagia muchas veces no son conscientes del hecho. E incluso siéndolo, éste persiste debido a que es usado como un mecanismo para liberar tensión. Los momentos de estrés, miedo o nerviosismo son detonantes claves para esta situación.

CAUSAS

La onicofagia puede iniciarse en la infancia, como mecanismo de descarga motora de tensiones, desapareciendo al hacerlo la situación causante. Por tanto, se puede establecer que es la respuesta a otro problema. Es decir, la persona que se come las uñas de manera incontrolable, tiene por lo menos dos problemas: el de no poder controlar ese mal hábito y un segundo problema que es el que desencadena esta costumbre.

Diversos estudios han demostrado que las causas de la onicofagia son  principalmente psicológicas, destacando elementos como las frustraciones que se acumulan desde la infancia, baja autoestima,  timidez extrema, ansiedad y el estrés, situaciones para las cuales el ser humano se ve en la necesidad de liberar tensión, sólo que dicha tensión es tratada de forma errónea, a través de la acción de morderse las uñas (algunas veces hasta el punto de sangrar). Generalmente, las personas que tienen este hábito y no lo pueden controlar son personas que por sí solas no pueden manejar la cuota de presión o estrés que reciben en su vida cotidiana.

En el caso de los niños puede haber una causa extra: imitación. Todos los niños tienden a imitar a los mayores de su entorno. En los hogares en los que los padres se comen las uñas, los niños tienen más posibilidades de adquirir este hábito también.

Asimismo, las causas psicosomáticas juegan un papel importante en la onicofagia. Muchas personas canalizan aspectos de su vida no resueltos a través de éste hábito. Por ejemplo, se puede observan en niños o adolescentes, frente a la pérdida temprana de un ser querido, situación en la que pueden llegar a adquirir costumbres o conductas inusuales. Una de esas posibles conductas, es morderse las uñas de manera descontrolada.

CONSECUENCIAS

-Cuando se comen las uñas, los dientes rompen las distintas capas que la componen. Pero dado que el corte no es homogéneo, esas capas no se rompen de manera uniforme. Con el tiempo la uña comienza a deformarse y se altera su crecimiento. En algunos casos, las uñas de quienes padecen onicofagia severa dejan de crecer.

-Infecciones que pueden aparecer en la uña o en la piel de los alrededores. Dado que en la boca y en la propia saliva se encuentran cientos de miles de bacterias, estas entran en contacto directo con la zona dañada. Las infecciones causadas por hongos también son frecuentes, y son difíciles de eliminar.

-Deformación de la arcada. Dado que el movimiento es repetitivo, tanto la arcada como el propio paladar pueden deformarse. Esto es realmente crítico en niños y adolescentes. Se puede llegar al límite de tener que recurrir a tratamientos de ortodoncia para corregir estos efectos.

-Lesiones en las encías. El morder reiteradamente un material duro como la uña puede dañar las encías. Cuando esto sucede, las mismas se pueden inflamar, causando una enfermedad llamada gingivitis.

-Daños en el material de las restauraciones. Al ser reiterativo el movimiento y la fuerza que el diente ejerce sobre la uña, gradualmente las restauraciones se van aflojando.

-Un estudio mostró que los niños que se muerden o se comen las uñas tienen menos habilidades sociales en comparación con los que no lo hacen. Los niños con onicofagia pueden tener ansiedad excesiva, o baja autoestima, lo cual es una limitante al momento de relacionarse adecuadamente con sus pares. También pueden tener problemas en su rendimiento académico o ser víctimas de acoso escolar.

TRATAMIENTO

-Detenerse a analizar las circunstancias en las que se come las uñas.  Es necesario identificar qué es lo que origina la acción. Esto se logra, mediante la definición de tu estado de ánimo en el momento que se produce la onicofagia. Si sucede cuando estas estresado, intenta distraerte y relajarte haciendo actividades que te gusten y que impliquen mantenerte ocupado (una caminata, meditación, crucigramas, entre otros) sin la necesidad volver al hábito.

-Evita el consumo de sustancias estimulantes, ya sean bebidas energéticas o café, debido a que estas alteran el sistema nervioso, produciendo un estado de alerta y por ende más ansiedad.

-Utiliza diversas técnicas para calmar tu ansiedad. Se puede  reemplazar el hábito de comerse las uñas por aspectos más saludables como mascar chicle o comer algún refrigerio saludable.

-Pensar en consecuencias y motivación. Cuando se presente la necesidad de comerte las uñas, es útil pensar en las consecuencias negativas de hacerlo, así como también en las consecuencias positivas si dejas de comértelas.

-Si estas técnicas no funcionan, lo más recomendable es asistir a terapia psicológica. Mediante ésta se logrará hacer contacto con el aspecto que desencadena dicha situación y trabajar en él de forma adecuada, mediante diversas herramientas terapéuticas.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero