DATO CURIOSO DEL DÍA: LOBOTOMIAS

Hoy estrenamos un nuevo segmento en nuestro blog, dedicado a todas las cosas curiosas, fascinantes y, quizás también aterradoras del mundo de la psicología. Y lo iniciamos dando a conocer el famoso método de “La Lobotomía”. Si muchos consideran que los tratamientos médicos para enfermedades mentales actualmente son excesivos o rudos, aún no han conocido gran parte de la historia de los primeros procedimientos para estos. Y es que antes que inventaran los antipsicóticos o ansiolíticos, las terapias de electroshock, privación del sueño y uso de sanguijuelas eran algo sumamente común para lidiar con los síntomas de un trastorno mental. Entre esas despiadadas terapias se encontraba la lobotomía.

La lobotomía era un procedimiento quirúrgico, que básicamente quitaba o destruía parte de la corteza frontal del cerebro, para  desconectar el tálamo del frente. (Suena rudo, ¿no?). La idea de la cirugía, que años después fue comprobada como catastrófica, era que estos nervios de alguna manera estaban mal formados o dañados, y que si se destruían podrían regenerarse a conexiones saludables. Es así como su objetivo se convirtió en mejorar síntomas y estados psiquiátricos de agitación profunda, angustia, depresión o preocupación, compulsiones incontenibles o dolores incorregibles. Las condiciones médicas que eran tratadas con la lobotomía regularmente eran neurosis crónica obsesiva, tensión crónica, ansiedad crónica, y depresión crónica y esquizofrenia.

ORIGEN

El procedimiento fue dado a conocer en Estados Unidos por Walter Freeman, quien no tenía licencia de cirujano y que también inventó “el procedimiento de la lobotomía del “pica-hielo”: Freeman utilizó literalmente un pica-hielo y un mazo de caucho en vez del procedimiento quirúrgico estándar. Como muestra del escaso profesionalismo de Freeman, al realizar el procedimiento martilleaba el pica-hielo en el cráneo apenas sobre el conducto lacrimal y lo movía hasta cortar las conexiones entre el lóbulo frontal y el resto del cerebro. Lo más insólito de este hecho, es que el sujeto, realizó lobotomías a lo largo y ancho de los Estados Unidos entre 1936 y los años 50.

TIPOS DE LOBOTOMÍAS

Había tres versiones comunes de esta cirugía que eran, leucotomía pre-frontal, lobotomía prefrontal, y lobotomía transorbital. Siendo la última mencionada la más infame; la cual era una operación “a ciegas”, ya que el cirujano no sabía con certeza si había cortado los nervios o no. Un objeto filoso parecido a un pica-hielos se insertaba en el hueco del ojo, entre el párpado superior y el ojo. Cuando el médico pensaba que ya estaba en lugar correcto, golpeaba el extremo del instrumento con un martillo.

CONSECUENCIAS DE LAS LOBOTOMIAS
Una lobotomía realizada con “éxito”, podía provocar cambios significativos en el comportamiento del paciente. Los doctores argumentaban, que en los pacientes psicóticos, se producían “mejorías” y calmaban al individuo para que pudiera tener una vida “relativamente normal”. Sin embargo, las lobotomías solían tener diversos efectos negativos. En el peor de los casos, podía causar la muerte, pero también podía causar daño cerebral grave, resultando en lo que es conocido como retraso mental del paciente. Estos también podían entrar en coma y en estados vegetativos persistentes después de las lobotomías.

El FIN DE LAS LOBOTOMIAS: LOS ANTIPSICÓTICOS

A pesar de haber existido suficiente evidencia, sobre los terribles resultados de las lobotomías, las operaciones continuaron por décadas. En última instancia entre 40.000 y 50.000 pacientes fueron lobotomizados, con poco o sin cualquier estudio de seguimiento para considerar si el tratamiento era eficaz. Las lobotomías como forma de tratar la enfermedad mental eran una barbarie, que sólo pudo ser frenada con el desarrollo de anti-psicóticos. No fue sino hasta 1967, que se realizó la última lobotomía. Es así como, gracias a los avances científicos y tecnológicos, los años de la horrible lobotomía ahora se estudian generalmente como una fase cruel en la historia de la psiquiatría.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero

FASES DESESPERANTES QUE VIVE UN RECIÉN GRADUADO

Quizás el artículo de hoy no sea tan psicológico como los anteriores, tal vez es realizado con la finalidad de establecer un poco de catarsis por lo que vemos en nuestro entorno, llenarnos de  humor con las situaciones que vivimos diariamente, desde el preciso momento en el que nos quitamos la toga y el birrete, el día de nuestro acto de grado. Y es que graduarte es algo muy especial, que te colma de orgullo; especialmente a tus padres. Pero luego, empiezan los momentos duros en los que no sólo tú mismo te ejerces presión, sino también la sociedad.

Aquí alguno de los escenarios que constantemente vive un recién graduado:

“YA TE GRADUASTE, ¡QUE BIEN! Y ¿AHORA QUÉ PIENSAS HACER?”: en este preciso momento, tu cerebro hace miles de conexiones para tratar de dar una respuesta adecuada. Pero la verdad es que por más planes que pienses llevar a cabo, no todos se cumplen de forma inmediata, y hay muchas cosas que se escapan de tu alcance. A veces, te sientes tan perdido que tan solo te provoca decir “mi futuro es incierto”, porque a decir verdad, ¿lo es no? Nadie puede predecir lo que pasará. ¡Qué fácil sería todo si fuese así!, pero también sería muy aburrido. ¿A dónde se iría la emoción de tomar riesgos?.

“TODOS LOS TRABAJOS QUE QUIERES, PIDEN MINIMO 8 AÑOS DE EXPERIENCIA”: la desesperación inicia cuando te das cuenta de que es un campo muy difícil para el recién graduado, es una cruda realidad que muchos no ven mientras están en la universidad, la mayor preocupación era pasar el parcial. Y luego, resulta que cuando quieres enviar un currículo para un empleo que realmente te gusta, piden algo como esto: “buscamos Ing. Civil con 22 años de edad y min 12 años de experiencia”. A veces solo piensas “¿Es en serio?”, ¿cómo podemos tener experiencia si no nos brindan oportunidades para crearlas?

ALGUNOS DE TUS COMPAÑEROS CONSIGUEN TRABAJO AL DIA SIGUIENTE DE GRADUARSE Y TU AUN NO: no, no es envidia. Algunas personas tienen muuucha suerte y consiguen trabajo de forma rápida, lo cual es GENIAL. Ojala fuese así para todos. Lo malo es cuando tú no tienes la misma dicha: entras en estado de ansiedad, por conseguir un trabajo, por ejercer tu profesión. Y cuando esto no sucede, tus emociones y pensamientos automáticos se activan al máximo “no soy bueno en lo que hago”, “nadie me quiere en su empresa” “quizá debí estudiar otra cosa”, entre muchas otras ideas que solo afectan nuestra autoestima y desempeño.

TUS PLANES NO RESULTAN COMO LO IMAGINABAS: esto es fatal para el que tenga rasgos obsesivos. Cuando planeas tu vida a corto plazo y esto no se cumple como lo habías imaginado, los niveles de frustración son altísimos. Piensas que todo es tu culpa, y sientes una mezcla de emociones destacas por: tristeza, desesperación, ira, temor, entre otras.

AUN DEPENDES DE TUS PADRES: nada peor que seguir siendo dependiente, cada vez que tienes que pedirle dinero a tus padres es como un golpe en el estómago, porque es un recordatorio de que aún no tienes ningún tipo de ingreso económico. Y aquí volvemos a encontrarnos con nuestros amigos habituales: la ansiedad y la frustración.

PERO…¡NO DESESPERES!

SIEMPRE ESTA OSCURO ANTES DEL AMANECER

Entendemos perfectamente todas estas emociones que surgen, pero si dejas que ellas controlen tus pensamientos, lo único que lograras es frenarte, estancarte en un solo lugar, y finalmente deprimirte. Ninguna persona exitosa llegó a la cima de un día para el otro. Si no nos crees, revisa la biografía de individuos como Albert Einstein, Barack Obama, Malala Yousafzai, Steve Jobs, entre muchos otros que son ejemplo de inspiración. Si estudias sus historias, podrás fijarte que ninguno de ellos tuvo el éxito garantizado desde el inicio. Malala por ejemplo, casi fue asesinada por defender su derecho a la educación, y hoy en día es la primera adolescente en ganar un premio Nobel de la Paz.

La clave está en NO DARSE POR VENCIDO (y no, esta no es una frase motivacional barata), “si de verdad lo sueñas puedes hacerlo”, “sigue hacia adelante”: estas son frases de Walt Disney por cierto; dato curioso: ¿sabías que antes de ser famoso, fue despedido de un periódico por “falta de creatividad”?.

Cuando amas lo que haces, crees en ti y buscas las oportunidades, éstas aparecerán. Es normal sentirse desesperado, e incluso que tu ego se vea golpeado muchas veces, al no ser elegido en una entrevista, o cuando lo que planeaste no se dió como querías, pero analiza esto como oportunidades de mejorar cada día más y perseverar por lo que soñaste.

ALGUNOS TIPS PARA MANEJAR ESTA SITUACIÓN

 -Dile adiós a los pensamientos negativos. A veces nuestros pensamientos son nuestros peores enemigos, nos limitan, hacen que dudemos de nosotros mismos y destruyen nuestra autoconfianza. Intenta distraerte con algún pasatiempo productivo, que al mismo tiempo te ayude a afianzar tu autoestima y sentirte menos estresado.

-Vive tus emociones. Generalmente guardar tanta angustia y ansiedad puede ser una bomba de tiempo, y en el momento que menos lo esperes explotará. Desahógate, busca un tiempo para ti, ya sea para llorar, gritar, golpear la almohada, ¡en fin!, drena todo ese huracán de emociones que estas experimentando.

-No te compares. No eres igual a nadie, cada ser humano es único. Y si alguien obtuvo una oferta de trabajo antes que tú, no significa que no tengas talento. Busca siempre ser la mejor versión de ti mismo, porque a quien debes satisfacer e impresionar cada día es a TI.

 

-Dale un receso a la rigidez. No todo puede ocurrir como lo planeas. Tal vez suceda pero de manera diferente, así que es bueno tener alternativas, y dejar de darte latigazos cada vez que algo no salga de la forma en la que te lo imaginaste. Ser flexible a nivel cognitivo, te ayudará no sólo a manejar el estrés sino a tener mejor inteligencia emocional.

Para finalizar, es importante que sepas que todos han pasado por esta etapa. A mí me gusta llamarla el “duelo universitario”, porque aunque no lo creas es el fin de algo importante, como lo fue tu vida de estudiante de pregrado. Pero, también es el inicio de una nueva fase, la cual será realmente productiva siempre y cuando sigas luchando por alcanzarlo. Cada vez que recibas una decepción, piensa en los niños de 3 o 4 años que cuando se caen, lloran, se limpian y luego se vuelven a levantar para seguir jugando. Esa caída te ayudará a reflexionar, así como también te dará el empuje necesario para seguir adelante. Confía en ti, ¡ese es el principal requisito que necesita estar en tu currículo!.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero