DATO CURIOSO DEL DÍA: LOS BENEFICIOS PSICOLÓGICOS DE LA MÚSICA

Si alguna vez tu estado de ánimo ha cambiado gracias a escuchar música o tocar algún instrumento, estás en lo correcto. La música tiene grandes beneficios para el ser humano. De hecho Correa (2010) asegura que posee la capacidad de evocar sentimientos y estados de ánimo que pueden ser de gran ayuda para controlar, no sólo el dolor, sino el temor y la ansiedad acompañan y exageran la excepción del mismo.

Esto sucede, debido a que es una forma de lenguaje simbólico. La reacción de cada individuo frente a la música es un hecho totalmente personal, que tiene que ver con la personalidad de éste, su sensibilidad, sus motivaciones, sus recuerdos, sus patologías, su entorno cultural y social. Hay oyentes que encuentran en la música expresión de sentimientos y placer. Otros buscan la expresión de ideas abstractas, la imaginación de escenas, el estudio técnico de las combinaciones de sonido, y muchos otros se sienten conmovidos y plenamente satisfechos sonidos mismos.

Pero bueno, quizás algunas de estas cosas ya las sabían ¿las han experimentado probablemente no?. Ahora vamos a los hechos, y a los estudios realizados que comprueban esto.

Efectos de la Música en el Ser Humano

Son múltiples las investigaciones hechas para determinar los diversos efectos de la música en nuestro organismo, ya sean a nivel fisiológico o psicológico. Alberto Rubín en el 2015, hizo un listado de las diversas áreas en las que ésta interviene, aquí mencionaremos algunas:

-¿Problemas Cardíacos?: Una investigación de 2009 demostró que escuchar música reduce la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea y la ansiedad en enfermos del corazón. De hecho, se ha demostrado que reduce el estrés y ansiedad asociados con enfermedades del corazón.

-Ayuda a mejorar la Memoria: En un estudio de 2008 se demostró que los pacientes que escuchaban música mejoraron significativamente la memoria verbal y en la focalización de la atención. ¿Por qué sucede esto? Resulta que al disfrutar de la música, se fomenta la liberación de dopamina en el cerebro, la cual está ligada a la motivación, así como también está implicada en el aprendizaje y en la memoria.

-El combustible que necesitas para Ejercitarte: Investigadores de Reino Unido demostraron en un estudio que los participantes que escuchaban a música motivacional se sentían mejor durante el ejercicio. En otro estudio, se midió el consumo de niveles de oxígeno mientras las personas escuchaban diferentes ritmos musicales al hacer ejercicio en bicicleta. Los resultados mostraron que cuando el ritmo era más rápido y sincronizado con su movimiento, sus cuerpos consumían oxígeno de forma más eficiente.

-Grandes efectos en el Aprendizaje: Helen Neville y otros investigadores realizaron una intervención en 2008 con niños de tres a cinco años para ver efectos de la música como programa de apoyo académico. Los resultados mostraron que la música como herramienta de apoyo académico es igual de poderosa que el apoyo individualizado.

-Retrasa el Envenjecimiento Cerebral: Ciertas investigaciones han demostrado que escuchar o tocar música en la madurez puede ayudar a retrasar el envejecimiento cerebral y a mantenerlo sano

 -Alimenta tu Inteligencia: Quizás no el hecho de escucharla solamente, pero si el de aprenderla, en especial a la hora de tocar instrumentos: practicar el piano si mejorará tus habilidades visuales y verbales. Así lo demostró un estudio publicado en 2008 por investigadores de la Universidad de Massachusetts.

Levanta el ánimo: ¿Quién no se ha puesto desconsolado a escuchar canciones tristes ante una ruptura amorosa? Esto es porque hasta la música triste también eleva el ánimo. De acuerdo a un estudio publicado en 2013, se disfruta la música triste porque provoca una mezcla de emociones, algunas positivas y otras negativas.

-Ayuda a que Disminuya el Dolor: Ha sido comprobado que la música puede reducir el dolor percibido, especialmente en cuidados geriátricos, intensivos o paliativos. Debido a un estudio realizado en el 2013: 60 personas con fibromialgia fueron asignadas a escuchar música una vez al día durante 4 semanas. En comparación con el grupo que no escuchó música, el grupo con música experimentó reducción del dolor y menores síntomas de depresión. Una vez más la fabulosa dopamina parece intervenir, y ayudar en la reducción del dolor.

¿OTRO HECHO CURIOSO SOBRE LA MÚSICA?

Le gana al Alzheimer!: A pesar de la devastación que provoca esta enfermedad en el cerebro y, en particular, en la memoria, una gran parte de los enfermos conserva sus recuerdos musicales aún en las fases más tardías. La musicoterapeuta de la Fundación Alzheimer de España, Fátima Pérez asegura que esto se debe a que “los recuerdos que más perduran son los que están ligados a una vivencia emocional intensa y justo la música con lo que está más ligado es con las emociones y la emoción es una puerta al recuerdo”.

Como pueden observar la música es un fenómeno extraordinario, ya sea que les guste la música clásica, el rock, el pop o lo cualquier otra tendencia…te permite conectarte con tus emociones, y mejorar diversas áreas de tu organismo. Disfruta cada parte de ella, desde sus melodías hasta sus letras, porque siempre habrá alguna canción especial, que aunque pasen décadas estará guardada en nuestra memoria y sentimientos como una de nuestras favoritas.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero

¡BIENVENIDOS A NUESTRO CANAL!

Hoy estrenamos nuestro canal en youtube!😊🙈 lo hacemos con la intención de subir vídeos cortos en los que expliquemos temas de su interés, en especial para aquellos que no les gusta mucho leer. Es algo espontáneo y sencillo, pero lleno de tips que les ayudaran en diversas facetas de sus vidas. Con este primer video les damos la bienvenida y queremos que conozcan como surgió psicocontexto. 😉 si desean verlo completo, solo tienen que ingresar al link en nuestra bio

SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN

También conocido como trastorno fáctico, y enfermedad fabricada o inducida (EFI); el síndrome de Münchhausen está caracterizado por la invención de forma consciente del padecimiento de síntomas físicos o psíquicos, en ausencia de dolencia o enfermedad real, buscando con ello adoptar el papel de enfermo para recibir atenciones especiales, acorde a su estado. El paciente que padece dicha condición, puede llegar a autolesionarse o ingerir sustancias tóxicas, con el fin de  dar mayor apariencia de veracidad a sus síntomas simulados. En otra versión del trastorno, el enfermo puede inventar o fingir síntomas en otra persona, por lo general sus hijos.

Este síndrome fue explicado por primera vez en el año 1951, a través de un artículo publicado por el doctor Richard Asher, un endocrinólogo británico, en la revista The Lancet. En dicho texto, el experto daba a conocer sobre un patrón de auto lesiones, en el cual los individuos fabricaban historias, signos y síntomas de enfermedad. Asimismo, el doctor Asher nombró al fenómeno síndrome de Münchausen recordando al barón de ese nombre que supuestamente contaba muchas historias y aventuras fantásticas e imposibles sobre sí mismo.

Las personas con esta condición, preparan su interpretación leyendo e informándose sobre los síntomas de las distintas enfermedades, y que suelen mostrar una actitud combativa con el personal sanitario, discutiendo y enjuiciando sus actuaciones. La forma como presentan sus síntomas a menudo es tan convincente que es necesario llevar a cabo análisis e investigaciones médicas para descartar un posible trastorno médico subyacente. Es considerado un mal paciente, en el sentido de que no colabora con la recuperación, incumpliendo sistemáticamente el tratamiento estipulado por el especialista. Esta búsqueda del estatus de enfermo afecta negativamente a su vida laboral y a sus relaciones de pareja.

Consecuencias

Una grave consecuencia del síndrome de Münchhausen es que las simulaciones de síntomas pueden encubrir verdaderas patologías, que dejan de ser exploradas tratando de establecer el diagnóstico de lo simulado. Esto es sumamente delicado, ya que un tratamiento médico para combatir esos síntomas inexistentes puede ser contraproducente, debido a que la persona está sana, y se puede desencadenar una iatrogenia (cualquier tipo de afección o daño que se produce a consecuencia de un tratamiento o un acto médico). Asimismo, el área psicológica se ve afectada gracias a los síntomas físicos simulados, que logran desviar la atención de otros problemas psicológicos que pueden presentarse.

Características

Aunque fue descrito hace más de 60 años, este complejo y raro trastorno sigue siendo muy desconocido. Los expertos ni siquiera han logrado ponerse de acuerdo en si realmente es una enfermedad mental.

-La mayoría de los síntomas que aseguran padecer son problemas respiratorios, reacciones alérgicas, diarrea, vómito, convulsiones, dolor abdominal y desmayos.

-Acuden continuamente a distintos hospitales y clínicas. Y cada vez cuentan la misma historia o una similar, e informan que tienen los mismos síntomas.

-En la enfermedad fabricada e inducida la persona inventa los signos de una enfermedad en otro individuo. Por lo general se trata de un padre que crea síntomas de una enfermedad en su hijo. Esta versión del trastorno puede llegar a extremos más peligrosos cuando el padre o madre provoca daños o lesiones reales en su hijo para poder apoyar sus afirmaciones.

Prevalencia

-La enfermedad presenta un inicio en las primeras etapas de la adultez y es más común entre los hombres.

-Quienes trabajan en un ambiente de servicios médicos están en mayor riesgo de desarrollar el trastorno.

-Se ha establecido que las personas que han sufrido abuso o abandono durante su infancia tienen un mayor riesgo de sufrir el síndrome de Münchausen.

-Debido a que se desconocen muchos factores que puedan causar el trastorno, se ha vuelto  difícil prevenir su desarrollo.

Tratamiento

El diagnóstico del síndrome de Münchausen puede ser realmente complicado, y  su tratamiento aún más. Si un médico sospecha que se trata de esta condición y comienza a interrogar al paciente sobre su comportamiento, éstos pueden llegar a tomar una actitud extremadamente inquieta o defensiva. Lo cual lleva como consecuencia que desaparezcan para evitar la detección del mismo. Para luego buscar atención medica en otro hospital donde no sea conocido. Por otra parte, es de vital importancia que el personal médico establezca una relación de apoyo con un paciente y trate de evitar pruebas o tratamientos innecesarios

La participación de un psiquiatra o un psicólogo son de vital importancia, especialmente para ayudar  al reconocimiento de síndrome tanto para los médicos tratantes como en el propio paciente.  En cuanto los tratamientos para Münchausen, estos deben centrarse en el trastorno psiquiátrico que subyace a este comportamiento, que puede ser un trastorno de ansiedad, del estado de ánimo o una enfermedad de la personalidad.

Autoras:

Ana Vasconcelos

Andrea Guerrero

¿LOS HUMANOS SON CRUELES POR OBEDIENCIA? El Experimento de Stanley Milgram

 

El ser humano desde miles de años atrás ha sido protagonista o testigo de terribles guerras, llenas de barbaries y múltiples crueldades. Unos de los hechos históricos más renombrados, por ejemplo, ha sido la segunda guerra mundial. El número de muertes injustificadas es incontable, todo por ideales creados por un capricho de poder. Conociendo esto, un psicólogo decidió estudiar éste fenómeno. Stanley Milgram realizó un experimento en que quería explicar algunos de los horrores de los campos de concentración de la segunda guerra mundial, en donde judíos, gitanos, homosexuales, eslavos y otros enemigos del estado fueron masacrados por los nazis. En los juicios posteriores a la Segunda Guerra Mundial, muchos criminales de guerra declararon que simplemente cumplieron órdenes y que no podían ser considerados responsables de sus actos.

Por este motivo, Milgram decidió establecer un experimento mediante la siguiente premisa: ¿fueron realmente malvados y desalmados o se trata de un fenómeno de grupo que le podría ocurrir a cualquiera en las mismas condiciones?

¿EN QUE CONSISTIÓ EL EXPERIMENTO?

Hace más de 52 años atrás, Stanley Milgram diseñó un experimento único. Fuertemente cuestionado desde varios puntos de vista y de un carácter muy controversial, debido al shock emocional que podía ocasionar en sus participantes. El propósito del experimento consistía en determinar si ciudadanos comunes y ordinarios de su país, eran capaces de llevar a cabo actos de brutalidad y crueldad contra otros desconocidos

Dicho proceso, se desarrolló en torno a una máquina con una serie de interruptores eléctricos. También puso etiquetas que indicaban el nivel de descarga, tales como «Moderado» (de 75 a 120 voltios) y «Fuerte» (de 135 a 180 voltios). Los interruptores de 375 a 420 voltios fueron marcados «Peligro: Descarga Grave» y los dos niveles más altos de 435 a 450 fueron marcados «XXX». El «generador de descarga» era en realidad falso y sólo producía sonido cuando se pulsaban los interruptores.

Se reclutaron 40 sujetos (hombres) por correo y por un anuncio en el periódico. Creían que iban a participar de un experimento sobre la «memoria y el aprendizaje». En la prueba, a cada sujeto se le informó claramente que se le iba a pagar por ir y que conservaría el pago «independientemente de lo que pasara después de su llegada».

Luego, el sujeto conoció a un «experimentador», la persona que dirigía el experimento, y a otra persona que se la indicó como otro sujeto. El otro sujeto era en realidad un cómplice que actuó como participante.

Al establecer los parámetros del experimento, Milgram quería conocer la respuesta a la siguiente pregunta:

«¿Cuánto tiempo puede alguien seguir dando descargas a otra persona si se le dice que lo haga, incluso si creyera que se le pueden causar heridas graves?»

Recordemos que los dos sujetos se han conocido, ambos son desconocidos agradables, y que piensan que cada uno podría estar en el lugar del otro. En forma previa se le explicaba al participante que ejecutaría los golpes eléctricos a la persona del otro cuarto y que el experimento se llevaba a cabo para determinar que los seres humanos aprenden mejor y más rápido mediante un castigo corporal. Además, se le aseguraba a quien ejecutaría el castigo que los golpes eran dolorosos a medida que se utilizaba mayor voltaje, pero que no se corría ningún riesgo en la salud del receptor

El sujeto encargado de la máquina, fue instruido para enseñar pares de palabras al aprendiz. Cuando el alumno cometía un error, al sujeto le fue indicado que castigara al aprendiz por medio de una descarga, con 15 voltios más por cada error. Ello ocurría sin que el primero pudiera ver al segundo, pero si escucharlo al recibir las descargas. El aprendiz nunca recibió las descargas, pero cuando se pulsaba un interruptor de descarga se activaba un audio grabado anteriormente.

Si se llamaba al coordinador del experimento, que estaba sentado en la misma habitación, éste respondía con una «provocación» predefinida («Continúe, por favor», «Siga, por favor», «El experimento necesita que usted siga», «Es absolutamente esencial que continúe «, «No tiene otra opción, debe continuar»), empezando con la provocación más suave y avanzando hacia las más autoritarias a medida que el sujeto contactaba al experimentador.

Si el sujeto preguntaba quién era responsable si algo le pasaba al aprendiz, el experimentador respondía: «Yo soy responsable». Esto brindaba alivio al sujeto y así muchos continuaban.

LOS RESULTADOS

Durante el Experimento de Stanley Milgram, muchos sujetos mostraron signos de tensión. 3 personas tuvieron «ataques largos e incontrolables». Si bien la mayoría de los sujetos se sintieron incómodos haciéndolo, los 40 sujetos obedecieron hasta los 300 voltios. Y 25 de los 40 sujetos siguieron dando descargas hasta llegar al nivel máximo de 450 voltios.

Cabe destacar que, antes del experimento de Stanley Milgram, los expertos pensaban que aproximadamente entre el 1 y el 3% de los sujetos no dejaría de realizar las descargas. Creían que los individuos debían poseer características morbosas o psicópatas para hacerlo. Sin embargo, el 65% no dejó de realizar las descargas. Ninguno se detuvo cuando el aprendiz dijo que tenía problemas cardíacos.

CONCLUSIÓN

Dicho experimento dio a conocer que un rasgo el comportamiento del ser humano es casi innato, y éste indica que tenemos que hacer lo que se nos dice, sobre todo si proviene de personas con autoridad. Asimismo, las terribles cifras del experimento demostraron que los seres humanos ordinarios, ante la orden de una figura con apenas un poco de autoridad (como una túnica blanca), son capaces de cometer aborrecibles brutalidades, de actuar con crueldad y desprecio por la vida, llevando a cabo actos de lesa humanidad. Si hoy existieran nuevos campos de concentración, dominados por la figura de un tirano u otras formas de autoritarismo, existiría más de un 75% de ciudadanos, que estarían dispuestos a formar parte del personal del mismo y de castigar a otros seres humanos.

A pesar de ser un experimento muy revelador, existen muchos problemas con la ética del mismo. Un estudio psicológico como éste nunca hubiera sido permitido en la actualidad en la mayoría de los países, por cuestiones éticas. Especialmente por el engaño hecho a quienes participaron, y los daños emocionales vividos a través de dicho procedimiento. La psicología es una rama abierta a diversos tipos de investigaciones, pero SIEMPRE se debe tener presente los derechos de las personas que participan en estas, y que su salud tanto física como mental no se vea afectada en el proceso.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero

 

 

SINDROME DE ESTOCOLMO

El Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía.

¿A QUE SE DEBE SU NOMBRE?

En 1973 en la ciudad de Estocolmo, Suecia, se llevó a cabo un asalto a un banco en el que los delincuentes, fueron descubiertos por la policía y retuvieron a los empleados y a los clientes, que habían sorprendido en el interior como rehenes durante varios días. En el transcurso de ese tiempo de negociaciones, los rehenes se identificaron con los raptores hasta tal punto que colaboraron con ellos protegiéndoles de las acciones policiales. Además, en el momento de la liberación, un periodista fotografió el instante en que una de las rehenes y uno de los captores, antes de ser él detenido, se besaban y se comprometían en matrimonio. Es por ello, que desde ese día se utilizó el término «Síndrome de Estocolmo» para describir, ciertas conductas insólitas que demuestran afecto entre los captores y sus rehenes.

¿POR QUÉ SE PRODUCE EL “SINDROME DE ESTOCOLMO”?

De acuerdo a diversos psicólogos, las reacciones de este tipo están consideradas como una de las múltiples respuestas emocionales que puede presentar el secuestrado a raíz de la vulnerabilidad y extrema indefensión que produce el cautiverio. El secuestrado vive traumáticamente una situación de impotencia, al no poder responder a la agresión de que es objeto, pues lo más natural en el comportamiento, es que si a uno lo atacan que responda al atacante. Si no se puede, si se está imposibilitado de responder con la agresión mínima indispensable para mantener el equilibrio, y se tiene que suprimir o reprimir esa agresión, ella se acumula y va dirigida contra uno mismo.
El síndrome de Estocolmo sería entonces un mecanismo de defensa inconsciente del secuestrado, que no puede responder la agresión de los secuestradores y que se defiende también de la posibilidad de sufrir un shock emocional. Así, se produce una identificación con el agresor, un vínculo en el sentido de que el secuestrado empieza a tener sentimientos de identificación, de simpatía, de agrado por su secuestrador.

¿CÓMO IDENTIFICARLO?

Este punto es muy importante, debido a que muchas personas suelen considerar que el cualquier persona que sea secuestrada, sufre este síndrome; cuando en realidad es más complejo que eso. El llamado síndrome de Estocolmo SÓLO se presenta cuando la persona se identifica inconscientemente con su agresor, ya sea asumiendo la responsabilidad de la agresión de que es objeto, ya sea imitando física o moralmente la persona del agresor, o adoptando ciertos símbolos de poder que lo caracterizan.

Cuando alguien es retenido contra su voluntad y permanece por un tiempo en condiciones de aislamiento y sólo se encuentra en compañía de sus captores puede desarrollar, para sobrevivir, una corriente afectiva hacia ellos. Cuando esto sucede aparecen dos escenarios:

  1. Este hecho se vuelve un nexo consciente y voluntario por parte de la víctima para obtener cierto dominio de la situación o algunos beneficios de sus captores. Cuando esto sucede, es un razonamiento normal por parte del secuestrado.
  2. La situación abre paso a un mecanismo inconsciente que ayuda a la persona a negar y no sentir la amenaza de la situación o la agresión de los secuestradores. Cuando esto ocurre, se está hablando de Síndrome de Estocolmo.

Por tanto, el Síndrome de Estocolmo no es común. Generalmente, lo que se observa en personas secuestradas es una especie de gratitud consciente hacia los secuestradores, tanto en los familiares como en los individuos. Agradecen el hecho de haberlos dejado salir con vida, sanos y salvos y a veces recuerdan – sobre todo en las primeras semanas posteriores al regreso – a quienes fueron considerados durante ese trance o tuvieron gestos de compasión y ayuda. Es comprensible, bajo estas circunstancias que cualquier acto amable de los captores pueda ser recibido con un componente de gratitud y alivio.

Sin embargo podemos mencionar otros síntomas claves que demuestran quienes padecen de este Síndrome, entre ellos destacan: Mostrar admiración por los secuestradores, resistir los intentos de rescate, defender a los secuestradores y la negativa a huir de secuestradores.

TRATAMIENTO

El principal tratamiento recomendado es el psicoterapéutico, en casos como éstos el abordaje psicoanalítico suele ser de gran ayuda. Asimismo, cuando se presentan síntomas que perjudican el bienestar físico y psicológico de la persona es necesario utilizar los fármacos administrados por especialistas. Dichas formas de  terapia son las mejores alternativas para poder escapar de esta dependencia, y alcanzar la libertad. Es importante destacar, que cada caso presenta ciertas características únicas, pero con disciplina y terapia pertinente, se puede lograr la recuperación plena del individuo.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero

DATO CURIOSO DEL DÍA: EL TRÁGICO EXPERIMENTO DE JOHN MONEY, EN LOS HERMANOS REIMER

Los gemelos Bruce y Brian Reimer eran dos niños perfectamente normales que nacieron en Canadá en 1965, pero a los siete meses de nacidos ambos comenzaron a presentar dificultades para orinar. Siguiendo un consejo médico, sus padres, Janet y Ron, llevaron a los niños al hospital para someterlos a una circuncisión. Pero a la mañana siguiente recibieron una devastadora llamada telefónica. Bruce había sufrido un accidente. Los médicos habían utilizado una aguja cauterizadora en lugar de un bisturí, y el equipo eléctrico había tenido un problema que provocó un aumento en la corriente que quemó por completo el pene de Bruce.
Pasaron varios meses y los Reimer no tenían idea de qué hacer, hasta que conocieron a un hombre que cambiaría su vida, y la de los gemelos, para siempre. Era el doctor John Money un psicólogo especializado en cambios de género. El experto creía que no es tanto la biología la que determina si somos mujeres u hombres, sino la forma como somos criados. Janet Reimer llevó a Bruce a Baltimore para consultar al doctor Money. Para el experto, el caso presentaba la posibilidad de UN EXPERIMENTO IDEAL: un niño que él pensaba que debía ser criado como el género opuesto, y que incluso contaba con su propio grupo de control, un gemelo idéntico.

Si su teoría se confirmaba sería evidencia irrefutable de que la crianza podía invalidar a la biología. Además, el doctor Money creía realmente que Bruce tenía mejores posibilidades de ser feliz como mujer que como un hombre sin pene. Así que Bruce, a los 17 meses de edad, se convirtió en Brenda. Y cuatro meses más tarde se llevó a cabo la primera fase quirúrgica de su tratamiento, una castración. El experto subrayó que, si querían que el cambio de género funcionara, los padres nunca debían decirle a Brenda ni a su hermano gemelo que había nacido siendo niño.

Así que para seguir su progreso el caso fue bautizado como John/Joan. Y la identidad de Brenda fue mantenida en secreto. En una de esas sesiones anuales el doctor Money grabó que «la niña tiene muchas características de ‘marimacho’, una abundante energía física y un alto nivel de actividad y rebeldía. Y a menudo es la que domina en un grupo de niñas».

Para 1975, cuando los niños tenían 9 años, el doctor Money publicó un estudio detallando sus observaciones. El experimento, dijo, había sido un éxito total. «Nadie más sabe que Brenda es la niña cuyo caso están leyendo en los medios. Su conducta es tan normal como la de cualquier niña y difiere claramente de la forma masculina como se comporta su hermano gemelo». «No hay ninguna señal que provoque sacar conjeturas contrarias», expresó el especialista.

Sin embargo, cuando Brenda alcanzó la pubertad a los 13 años comenzó a mostrar sentimientos suicidas. Sus padres aseguraron que “Brenda no era feliz como niña, era muy rebelde. Era muy masculina y no lograba persuadirla de que hiciera algo femenino. Brenda casi no tuvo amigos durante su infancia. Todos se burlaban de ella y la llamaban la mujer cavernícola».

Ante esta situación los padres de Brenda optaron por no seguir consultando al doctor Money. Poco después hicieron algo que el psicólogo les había advertido que no hicieran: le dijeron a la niña que había nacido siendo niño. Semanas después Brenda eligió volverse David. Fue sometido a cirugía reconstructiva y eventualmente se casó. Aunque no pudo tener hijos, fue el feliz padrastro de los tres hijos de su esposa.

Pero David no sabía que había sido inmortalizado en el mundo académico y científico como el protagonista del caso de John/Joan para reasignación de género. Y cuando se enteró no podía creer que se le presentara como un «caso exitoso» en los libros de texto médicos y psicológicos que lo ponían como ejemplo en los protocolos para tratar a hermafroditas y a personas que habían perdido el pene. Cuando cumplió 30 años David sufrió una crisis de depresión. Perdió su trabajo y se separó de su esposa. En 2002 su hermano murió a causa de una sobredosis. Y dos años más tarde, cuando David tenía 38 años, la policía le informó a Janet y Ron que su hijo se había suicidado.

Por su parte, el psicólogo John Money vivió hasta los 84 años, y aunque su teoría fue refutada por diversos psicólogos, llego a ganar en 2002 la medalla Magnus Hirschfeld de la Sociedad alemana para la investigación científico-social en sexualidad. Durante su carrera generó múltiples controversias sobre sus perspectivas acerca de la sexualidad. Especialmente en temas como las cronofilias, incluyendo infantofilia, efebofilia y pedofilia. En su opinión, tanto los investigadores sexuales y el público no hacen distinciones entre pedofilia afectiva y la pedofilia sádica. Money creía que la pedofilia afectiva era sobre el amor y no el sexo.

Este caso nos deja una gran advertencia, sobre el código de ética que debemos tener siempre presente, al ejercer una profesión tan delicada como la psicología. Las investigaciones siempre son importantes, y serán un gran avance en el mundo científico, pero deben ser realizadas con gran precaución, respetando SIEMPRE los derechos e integridad del ser humano.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero

ONICOFAGIA

¿Moderte las uñas forma parte de tu rutina? Quizás es hora de que conozcas el nombre que se le da a éste hábito: ONICOFAGIA. El cual es definido como la costumbre, impulso o tendencia persistente de morder o comerse las uñas y que produce como consecuencias problemas a nivel dentario, como son los desgastes de las piezas dentarias, microtraumas en las encías e infecciones frecuentes en la boca.

Así como cualquier otro hábito, las personas que padecen de onicofagia muchas veces no son conscientes del hecho. E incluso siéndolo, éste persiste debido a que es usado como un mecanismo para liberar tensión. Los momentos de estrés, miedo o nerviosismo son detonantes claves para esta situación.

CAUSAS

La onicofagia puede iniciarse en la infancia, como mecanismo de descarga motora de tensiones, desapareciendo al hacerlo la situación causante. Por tanto, se puede establecer que es la respuesta a otro problema. Es decir, la persona que se come las uñas de manera incontrolable, tiene por lo menos dos problemas: el de no poder controlar ese mal hábito y un segundo problema que es el que desencadena esta costumbre.

Diversos estudios han demostrado que las causas de la onicofagia son  principalmente psicológicas, destacando elementos como las frustraciones que se acumulan desde la infancia, baja autoestima,  timidez extrema, ansiedad y el estrés, situaciones para las cuales el ser humano se ve en la necesidad de liberar tensión, sólo que dicha tensión es tratada de forma errónea, a través de la acción de morderse las uñas (algunas veces hasta el punto de sangrar). Generalmente, las personas que tienen este hábito y no lo pueden controlar son personas que por sí solas no pueden manejar la cuota de presión o estrés que reciben en su vida cotidiana.

En el caso de los niños puede haber una causa extra: imitación. Todos los niños tienden a imitar a los mayores de su entorno. En los hogares en los que los padres se comen las uñas, los niños tienen más posibilidades de adquirir este hábito también.

Asimismo, las causas psicosomáticas juegan un papel importante en la onicofagia. Muchas personas canalizan aspectos de su vida no resueltos a través de éste hábito. Por ejemplo, se puede observan en niños o adolescentes, frente a la pérdida temprana de un ser querido, situación en la que pueden llegar a adquirir costumbres o conductas inusuales. Una de esas posibles conductas, es morderse las uñas de manera descontrolada.

CONSECUENCIAS

-Cuando se comen las uñas, los dientes rompen las distintas capas que la componen. Pero dado que el corte no es homogéneo, esas capas no se rompen de manera uniforme. Con el tiempo la uña comienza a deformarse y se altera su crecimiento. En algunos casos, las uñas de quienes padecen onicofagia severa dejan de crecer.

-Infecciones que pueden aparecer en la uña o en la piel de los alrededores. Dado que en la boca y en la propia saliva se encuentran cientos de miles de bacterias, estas entran en contacto directo con la zona dañada. Las infecciones causadas por hongos también son frecuentes, y son difíciles de eliminar.

-Deformación de la arcada. Dado que el movimiento es repetitivo, tanto la arcada como el propio paladar pueden deformarse. Esto es realmente crítico en niños y adolescentes. Se puede llegar al límite de tener que recurrir a tratamientos de ortodoncia para corregir estos efectos.

-Lesiones en las encías. El morder reiteradamente un material duro como la uña puede dañar las encías. Cuando esto sucede, las mismas se pueden inflamar, causando una enfermedad llamada gingivitis.

-Daños en el material de las restauraciones. Al ser reiterativo el movimiento y la fuerza que el diente ejerce sobre la uña, gradualmente las restauraciones se van aflojando.

-Un estudio mostró que los niños que se muerden o se comen las uñas tienen menos habilidades sociales en comparación con los que no lo hacen. Los niños con onicofagia pueden tener ansiedad excesiva, o baja autoestima, lo cual es una limitante al momento de relacionarse adecuadamente con sus pares. También pueden tener problemas en su rendimiento académico o ser víctimas de acoso escolar.

TRATAMIENTO

-Detenerse a analizar las circunstancias en las que se come las uñas.  Es necesario identificar qué es lo que origina la acción. Esto se logra, mediante la definición de tu estado de ánimo en el momento que se produce la onicofagia. Si sucede cuando estas estresado, intenta distraerte y relajarte haciendo actividades que te gusten y que impliquen mantenerte ocupado (una caminata, meditación, crucigramas, entre otros) sin la necesidad volver al hábito.

-Evita el consumo de sustancias estimulantes, ya sean bebidas energéticas o café, debido a que estas alteran el sistema nervioso, produciendo un estado de alerta y por ende más ansiedad.

-Utiliza diversas técnicas para calmar tu ansiedad. Se puede  reemplazar el hábito de comerse las uñas por aspectos más saludables como mascar chicle o comer algún refrigerio saludable.

-Pensar en consecuencias y motivación. Cuando se presente la necesidad de comerte las uñas, es útil pensar en las consecuencias negativas de hacerlo, así como también en las consecuencias positivas si dejas de comértelas.

-Si estas técnicas no funcionan, lo más recomendable es asistir a terapia psicológica. Mediante ésta se logrará hacer contacto con el aspecto que desencadena dicha situación y trabajar en él de forma adecuada, mediante diversas herramientas terapéuticas.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero