SINDROME DE OTELO

El delirio de celos mono sintomático o síndrome de Otelo, recibe este nombre por el drama de William Shakespeare donde el personaje Otelo, va tejiendo una red de sospechas sobre la supuesta infidelidad de Desdémona, su pareja, hasta asesinarla y caer en el suicidio. Esta historia describe cómo la obsesión llega a destruir la capacidad de evaluar la realidad. El Síndrome de Otelo, es una patología delirante que tiene como manifestación, la idea indomable de deslealtad de su pareja. Por tanto, quien lo padece encuentra indicios de infidelidad en argumentos o acciones absurdas.

Aunque puede aparecer en ambos sexos, este síndrome es más frecuente en los hombres. La razón fundamental tiene bases psicológicas y culturales. El apego real y simbólico a la figura de la madre actuaría inconscientemente generando sentimientos ambivalentes de amor-odio hacia las demás mujeres. La cultura también impone sus reglas: en estos sujetos, la idea de poder, dominación y fuerza sobre la figura femenina es imperante. Ellos quieren mujeres que se sometan a sus reglas y cualquier conducta de autonomía de parte de ellas es vivida como sospechosa. Es por ello, que la mujer que se resiste al control y sometimiento, reactiva en el varón sus inseguridades personales, dando comienzo a la conducta recelosa y desconfiada que puede llegar a convertirse en una ideación paranoide celotípica.

TIPOS DE CELOS

 De acuerdo con el Dr Walter Ghedin, los celos no tienen que ser patológicos, ya que son parte de las emociones de cada ser humano. Éstos, sólo pueden ser considerados como síntoma de algún trastorno psicológico, cuando interfieren en de manera destacada en sus relaciones interpersonales, funciones sociales y el resto de sus ocupaciones. Por ello, los celos se pueden clasificar de la siguiente manera:

  • Reacción emocional normal: es transitoria, no condiciona la vida de la persona ni de los demás.
  • Reacción emocional desmedida: afecta sobre todo las relaciones amorosas. Es más frecuente en mujeres con diferentes grados de dependencia. Pueden o no haber existido situaciones previas de infidelidad (ya sea personales, familiares o de amistades cercanas). Son controladoras y pretenden que el otro les despeje infinidad de dudas que nunca llegan a ser aclaradas.
  • Celos como rasgo distintivo de la personalidad: son personalidades desconfiadas, suspicaces, que condicionan la vida del sujeto y del entorno. Afectan todas las áreas: relaciones familiares, amorosas y trabajo, entre otras. Su personalidad destaca por poseer rasgos fríos y calculadores. Además encuentran amenazas donde no existen y están convencidos que lo que piensan es una “verdad” indiscutible. También, es descrito como Trastorno paranoide de la personalidad.
  • Síndrome de Otelo: es un trastorno delirante con ideas de celos, también denominado celotipia. Son ideas que atrapan el pensamiento y convencen al sujeto de que el otro le es infiel. El delirante celotípico construye su delirio con datos irracionales y pierde el tiempo tratando de hallar comprobaciones para confirmar sus sospechas.

SEÑALES DE ALERTA

-La sospecha insistente puede llevar a la persona a revisar mails, celulares, controlar los horarios (de trabajo, de actividades personales, etc.), hacer numerosas llamadas, pagar detectives y comprometer a amigos en común. Cualquier cosa es válida con tal de conseguir información.

-Incorporación de un tercero imaginario en la relación de pareja.

-El sujeto no puede o no sabe cómo controlar los celos porque no tiene consciencia de su problema.

-La zozobra de no encontrar evidencia clara del engaño le hace vivir una montaña rusa emocional que le provoca cansancio y hastío tanto a él como a su sufrida pareja.

-Percibe e interpreta hechos cotidianos de manera errónea, pero siempre relacionado a los celos. Es decir, busca siempre justificar una situación de infidelidad o engaño.

-Imposibilidad de controlar impulsos, pensamientos, percepciones falsas que se autoimpone

-El celoso manifiesta un amor basado en la dependencia, como si el otro fuera parte del mundo personal del primero. Por lo tanto, no reconoce la individualidad propia ni la ajena.

Dato Curioso:

Es necesario aclarar que no todas las conductas de este tipo tienen un predominio emocional en sus orígenes; existe el síndrome de Otelo inducido por medicamentos al tratar la enfermedad de Parkinson y la celotipia alcohólica, resultante de la intoxicación alcohólica crónica

 TRATAMIENTO

-La psicoterapia debe estar basada en tratar la conducta recelosa del paciente y ayudarle a ubicar la realidad de sus falsas creencias acerca de la infidelidad de su pareja. Este proceso puede verse severamente obstaculizado, especialmente cuando el celotípico no tiene consciencia de su enfermedad ni acepta la posibilidad de tenerla (lo cual sucede frecuentemente).

-En muchos casos el apoyo de medicamentos antipsicóticos contribuye a la recuperación del control de impulsos. Por ser pacientes desconfiados, se recomienda la supervisión de un familiar para el apego al tratamiento, ya que con frecuencia no lo llevan como se les indica

-Son muy pocos los pacientes con este problema que acuden voluntariamente a consulta y tratamiento; lo cual dificulta de gran forma el progreso de la psicoterapia. (Nadie debe ir obligado a una consulta psicológica). Sin embargo, la gran mayoría van para rescatar la dañada relación con la pareja. Lamentablemente, el índice de separaciones y divorcios es elevado en estos casos.

Las relaciones en pareja siempre pueden tener dificultades, incluyendo los celos. Lo importante de esto, es conocer cuando se llega al límite, en el que se invade tu privacidad y tus derechos como persona. El respeto es una pieza fundamental en una relación amorosa, por tanto debe ser siempre valorado. Ya sea que tú o tu pareja posean algunos de los tipos de celos mencionados anteriormente, es importante que sepas que sí existen diversas formas de encontrar ayuda y solucionarlo. El primer paso siempre será reconocer que existe el problema, y esto no te hará menos humano, ni vulnerable. Por el contrario, te hará una persona lo suficientemente madura para aceptar el conflicto y trabajar en éste.

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero.