Las Consecuencias de Reprimir tus Emociones

Alguna vez te han dicho o tú mismo has repetido la frase “no llores, eso es malo”. Es una respuesta automática que generalmente se dice cuando ves a alguien llorar, pero nunca te has preguntado, ¿Por qué llorar es malo?. La respuesta es simple. ES MENTIRA. No existe libro alguno en el que se exprese que llorar sea algo negativo (a menos que sea de forma consecuente y duradera). Cuando decimos estas palabras estamos bloqueando al individuo, haciendo que contenga sus emociones, lo cual puede traer grandes consecuencias a largo plazo. ¿No nos crees? Bueno coloquemos un ejemplo, los castores construyen represas para evitar el paso del agua en ciertos lugares, cada pedazo de madera funciona como un sello, el cual va cubriendo y cubriendo hasta que logra detener el flujo de la corriente. Es una buena solución temporal, pero ¿qué sucede cuando ocurre una tormenta muy fuerte? La represa cae, dejando toda el agua pasar de nuevo llevándose con ella toda la madera recolectada. Este es un claro ejemplo de lo que continuamente hacemos con nuestras emociones, si nos sentimos deprimidos generalmente nos decimos “no llores, se te pasará” colocamos un tronco en nuestro dique, y así vamos recolectando muchos más, pero lo que no sabemos es que un buen día puede presentarse una situación tan fuerte y devastadora que será capaz de arrasar con todos los parches que habíamos construido, derrumbándonos de mil formas emocionalmente.

Esta es una de las principales consecuencias de bloquear nuestros sentimientos; pero ¿Por qué nos hacemos ese daño constantemente? Existen muchas explicaciones para ello, la principal son nuestros mecanismos de defensas, seamos sinceros, nadie quiere que lo vean en su punto más vulnerable, muchas veces puede llegar a ser vergonzoso que nos vean como personas débiles, y por sobre todas las cosas tememos a que saquen provecho de nosotros. Así que nos escudamos escondiendo todo y reprimiendo las ganas de llorar o de gritar. Muchas veces esta reacción, se produce debido a la forma en la que nos educan en la infancia, algo establecido por la sociedad en la que predominan frases como “un hombre no debe llorar” o “tristeza es señal de debilidad”, las cuales son inculcadas desde que somos pequeños y se vuelven recurrentes de generación en generación, gracias a nosotros mismos. Otras veces, pensamos que a nadie le importa lo que podamos estar sintiendo, es mejor dejar esas cosas a un lado y enfocarnos en lo que es “realmente importante”. Asimismo, están las personas que son tan altruistas que se preocupan por los sentimientos y emociones de los demás, pero nunca por los de sí mismo. Esta situación puede ser una de las más dañinas, ya que no sólo tienes que lidiar con el enredo de situaciones que se amontonan en tu inconsciente, sino también con los problemas de las personas que quieres.

Pero, ¿qué es lo realmente importante en este tipo de situaciones?, pues lo esencial es QUERERTE, puede sonar muy egoísta pero primero estas TÚ, y siendo esto posible debes conocerte y enfrentar lo que estas sintiendo. ¿Cuántas veces has llorado escondido, o simplemente dices que estás bien para no tener que hablar de ello? Esto sucede, por miedo, miedo a conocernos mejor, miedo a aceptar que no somos de hierro, miedo a admitir que necesitamos ayuda, y especialmente miedo a sentirnos inútiles, por no saber cómo afrontar dichas situaciones. No es justo que seamos tan superficiales con nuestra salud mental, y la sociedad juega un papel fundamental en ello: si estamos felices podemos gritarlo, podemos reír a carcajadas y anunciarlo hasta en las redes sociales, pero en el minuto en el que te sientes triste no debes hablarlo, las personas pueden alejarse de ti por demostrarlo o simplemente calmarte con un “no llores, eso es malo” o “cálmate, trata de no pensar en ello”, ayudando a construir más y más represas emocionales.

¿Cuáles son las consecuencias de estas represas emocionales?

Para empezar, el contener tanta emociones puede llegar a ser una bomba de tiempo, en cuanto llegue una situación que realmente toque hasta el último nervio de ti sentirás que explotarás, y esto puede suceder de diferentes maneras de acuerdo a tu personalidad; existen personas que actúan de forma agresiva llegando a decir cosas muy dolorosas y luego todo se transforma en algo mucho peor, pues hieres a diferentes personas con tus palabras durante el proceso, e incluso pueden llegar a lastimar físicamente también. Otras son lo opuesto, se cierran en sí mismos de tal forma que pueden llegar sufrir de una grave depresión, debido a que ya no encuentran más defensas con las cuales protegerse y sienten que no hay solución para tantas situaciones, sus emociones lo superan al borde de la desesperación. Por otra parte, en ciertas ocasiones se puede presentar la somatización, descrita por Porras (2008), como el proceso por el cual se transforman o convierten problemas emotivos en síntomas somáticos. Un ejemplo de ello, es cuando tienes algo que decir pero no lo haces y empiezas a sentir como un nudo en la garganta que se transforma en dolor, o cuando sientes que estas lleno de problemas y te dan constantes dolores de cabeza o de espalda, eso es tu cuerpo hablando, ya que cuando reprimes tantas emociones de forma inconsciente tu organismo dice lo que tú no te atreves a expresar.

¿Qué podemos hacer ante esta situación?

Si alguna vez te has sentido de esta forma, o conoces a alguien que está pasando por una situación similar, es importante que conozcas lo que es un mecanismo de defensa y como puedes trabajar para mejorar este aspecto de tu vida.

Según Porras (2008) “un mecanismo de defensa es un proceso psicológico automático que protege al individuo de la ansiedad y de la conciencia de amenazas o peligros externos e internos. Los mecanismos de defensa mediatizan la reacción del individuo ante los conflictos emocionales y ante las amenazas externas”.

Entonces, estos mecanismos son responsables por las actitudes que tomamos en nuestra vida cotidiana ante diversos conflictos, y a pesar de que trabajan de forma inconsciente podemos aprender a manejar las situaciones de una manera más adecuada. Aquí te mostramos algunas recomendación para ello:

-No tengas miedo a sentir. Es tu derecho como ser humano y nadie puede hacerte sentir culpable o mal por llorar o simplemente no estar de humor, la clave es saber manejar dichas situaciones. Si te sientes incomodo expresándolas a alguien, hazlo contigo mismo, cuando estés solo toma un tiempo para pensar en ti, en las cosas que te abruman, desahógate ya sea llorando o escribiendo en un papel todas esas cosas que te perturban, luego analízalas e interpreta si la actitud que estas tomando es la más adecuada para solucionarlas.

-Existen muchas técnicas que puedes utilizar para sentirte mejor contigo mismo, tan sencillas como realizar actividades que te permitan drenar lo que estas sintiendo, muchas personas escogen hobbies como la pintura, el yoga, natación, futbol, trotar o caminar, a veces la actividad física logra ser un excelente distractor y un buen sistema de drenaje de emociones negativas.

-Libera esa baja tolerancia a la frustración. Gran parte de las emociones negativas que llegan a nuestra mente, ocurren debido a  la molestia que sentimos cuando no logramos algo como lo teníamos planeado, y eso nos frustra de tal manera que nos autocriticamos y llenamos de insultos a nuestro inconsciente, lo cual provoca a largo plazo sentimientos de culpabilidad y depresión.

-La emociones son realmente contagiosas. El modo en que comiences tu día puede determinar como sera el resto de éste y la forma en la que los demás te tratarán. Así que realiza un poco de introspección. Cuando sientas que las cosas en tu vida estan tomando un giro negativo, piensa en las cosas positivas que ocurren en esta. En vez de enfrascarte en lo que no tienes, enfócate en lo que si posees. Aqui te dejamos un vídeo que te podrá servir de ejemplo ante esta recomendación:

-Busca ayuda psicológica. Si estas técnicas fallan no dudes en ir a un psicólogo (y no lo decimos por hacernos publicidad), un especialista en salud mental te podrá ayudar mediante diferentes estrategias terapéuticas que te permitirán adquirir una óptima inteligencia emocional, al mismo tiempo que aprenderás a manejar la resolución de conflictos

Finalmente, queremos invitarte conectarte con tus emociones, recuerda que tu salud mental es igual de importante que tu bienestar físico. Intenta en lo posible no crear represas en tu inconsciente, y sobre todas las cosas trabaja en tu relación contigo mismo, porque como ser humano mereces ser libre de llorar, reír, gritar, emocionarte sin temor a lo que piensen los demás. No olvides que muchas veces las emociones que mostramos están disfrazadas, un ejemplo de ello son las situaciones en las que expresamos altos niveles de ira, cuando en realidad lo que estamos sintiendo en angustia y frustración. Si no nos crees, el siguiente vídeo te ayudará a comprender esto de una forma mas creativa y metafórica.

Para finalizar queremos invitarte a que dejes ir el miedo, grita, canta, llora, ríe; ¡en fin! Atrévete a sentir, porque a final de cuentas es tu vida y nadie puede disfrutarla mejor que tú. Siempre recuerda: 

2a44ef5616282a0a4e241d76778f2507

Autoras:

Lcda. Ana Vasconcelos

Lcda. Andrea Guerrero